Emprender en base a la experiencia: cuando la práctica supera a la teoría

Una buena idea de negocio es lo principal para emprender. Teniendo un proyecto en mente y los objetivos claros, lo siguiente es conseguir el capital que logre sustentar este propósito. Pero, ¿qué pasa si no se tienen los conocimientos necesarios para iniciar un emprendimiento?

Cada año, ingenieros, economistas y otros profesionales con espíritu emprendedor,
llenan las aulas de las escuelas de negocios para adquirir conocimientos que les permitan aprender a administrar y gestionar una empresa, pero también a empaparse de ideas para lanzar nuevos proyectos.

Sin embargo, emprender no sólo se trata de obtener una formación académica especializada en la materia. Muchos son los casos de pequeños y medianos empresarios que sólo con empuje y convicción, han forjado negocios exitosos sin haber pasado por una sala de clases.

Es el caso de Manuel Sarmiento, empresario chileno dueño de la Sociedad Alvico, empresa dedicada a la importación de flores. Comenta que desde los 19 años tuvo una cosa clara «quería emprender». Por ello, basándose en los conocimientos sobre la materia que había adquirido durante su infancia, producto del negocio familiar, decidió ir más allá en el mundo de las flores y hoy, tras 17 años de esfuerzo y trabajo, dirige y administra una empresa y está a cargo de cerca de 50 empleados que hacen posible que el negocio sea exitoso.

«Tener una formación es importante pero, en mi caso, la práctica me ha ido dando los conocimientos adquiridos. Con los años fui aprendiendo a administrar el negocio, a tratar con los empleados y, en definitiva, a seguir emprendiendo», dice. Y añade que «conozco a grandes empresarios que con mucha formación y títulos académicos han quebrado hasta ocho negocios, así que no creo que el éxito esté vinculado a la formación académica exclusivamente».

 

 

Luis Condori

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